martes, 28 de septiembre de 2010

SONETO

LA TORTILLA ESPAÑOLA.

El abrasaste fuego con su llama
convirtió el tubérculo en arcilla,
ya que desde el centro hasta la orilla
la sonrojan con las brasas de la flama.

El propio y extranjero la reclama,
por el almizcle que tiene la tortilla
y de la mano de su hermana la morcilla,
dá prestigio a España, por su fama.

¿Y Quién no hizo algún alto en el camino,
en la fonda, hotel o la posada
y degustó con la tortilla un buen vino?

Sería, casi decir que no hubo nada
más allá de este mundo peregrino,
donde llega algún alma en su escapada.

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