martes, 21 de septiembre de 2010

LUCES DEL ALMA.

Contemplando el firmamento
veo en ello tal grandeza:
qué pequeño que me siento
soy una átomo del viento
que termina donde empieza

Voy mirando el astro Rey
que me deslumbra los ojos.
Qué pequeño viento soy,
sólo una nada a su antojo
y en éste pensar estoy
soñando que a él, le cojo.

Estrellas del firmamento
que me gusta contemplar
aunque soy pequeño y viento,
quiero entre ellas saltar.
Sueño que las voy corriendo
y que las puedo hasta alcanzar.

A medida que los tiempos
van avanzando por mí,
más lentos se hacen los vientos
que se quedaran aquí.

Ya sólo seré un lamento.
Lamento ya sin sentir.
Alguien pensará que fui
un día parte de un viento.
¿Existí o no existí?
Ya sólo seré un recuerdo
que se borrará al fin
y pasaré a ser un cuento.

Estaré en las estrellas
bordando el Universo,
he iré saltando por ellas.
Mi sueños serán por eso
una realidad muy bella.

¡No termino! Es qué empiezo.
Dejo plasmado en poemas
de lo que creo que fui
de un viento o una quimera.
Quizás que un suspiro fuera
de brisas que yo fingí
de una supuesta cadena
sin eslabones que abrir.

Viento que sopló algún día
y las flores fue moviendo.
El mismo viento sabía
que se marcharía corriendo
y que sólo quedaría
parte de su pensamiento.

Pensó que fue un huracán
que con el mundo podía
y sopló sin descansar,
a pesar de que él sabía
que su soplo no fue nada
de la brisa que sentía.

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