miércoles, 20 de enero de 2010

ME GUSTA SOÑAR DESPIERTO.

Me gusta soñar despierto
con la sonrisa del cielo,
y las estrellas de hielo
y con golondrina en vuelo,
que cruzan el ancho mar.

Haced de la vida un sueño
y cabalgar en las laguna de paz.
Veréis que en todas las puertas
que hay alfombras de cristal
y de colmo de las florestas.

Verán, que el poeta es pequeño
que poco les puede dar.
Pero en cambio, sí es el dueño
del viento y la libertad.

Dueño de sombras y de luz
y que con los sueños puede regalar,
lo que Cristo, le legó desde la cruz.
Esa fuente de infinita humanidad
que le llega desde allá, del cielo azul

Él desea reír, de soñar y de cantar,
sin dejarle cobertura al dolor,
ni al sufrir, ni siquiera un vestigio al llorar.
Por lo cual, es cautivo al despertar,
del dormir entre las rejas del amor.

El poeta se mantiene acompañado,
del embrujo que destella, soledad.
Y de los sueños que nunca ha despertado,
los convierte en amor y fraternidad.
Porque heredó del cielo tal legado,
para darlo a los demás con gran bondad

–¿Pero en su carne podrida
no puede haber tanto amor?
Sólo le ha dado la vida
una luz sin resplandor
en una puerta escondida
donde no ilumina el sol.

–Al margen de ondename a ser bufón
sé que en mis sueños está el cantar.
Y se adentra tal canción
donde no cupe el dolor;
tan sólo existe la paz,
del alma y el corazón.

Deseo encontrar la mansión
donde habita la sombra del coral.
Y pintar de colores una canción
que cruzará con un beso el ancho mar,
con el alma enamorada y con pasión.

Ser amigo de los nardos y las rosas
de los lirios, los niños y el jaguar
y volar entre blancas mariposas
porque ellas sí saben escucha,
las leyendas y quimeras más hermosas,

Aquel sueños que tuve en las estrellas,
me un día al regresar a nuestra tierra
con espadas de flores cual más bellas.
Comprobé que de amor hice la guerra
con legiones de amazonas y doncellas.

Sin dormir, me propuse descansar
sumergido en lagares de ambrosía,
porque el fuego de los sueño al terminar
se abrazaron sin piedad en la poesía,
y en una noche que no pude despertar,

Y sepulté con la miel de la colmenas
el delirio de mi sueño, en azahar
y volando en los campos de azucenas,
ya los sueños me pedían cabalgar,
en lagares donde no existen las penas.

1 comentario:

Iván Lucky_Guy dijo...

Estimado señor García.
Acabo de leer su poesía y no encuentro defecto alguno en ella. Debe ser por que ha salido de su interior como usted mismo ha dicho en su presentación. Yo no soy capaz de manejar un poema con la maestria con que usted escribe.
A partir de ahora seré seguidor de su blog.
Su poesía es hermosa.

Un saludo, señor.