jueves, 10 de diciembre de 2009

FELICES FIESTAS A TUDOS...

DECIMAS...

CON EL SIGNO DE LA CRUZ.
*
Con el signo de la cruz
cada noche y la mañana
abro a mi pecho ventana,
para que entre la luz
que derrama el cielo azul.
Es alimento que emana
cada mañana temprana,
al emprender la jornada
sin poder negarte nada
con escollos o senda llana.

Mi refugio son tus brazos.
Mi esperanza tu pasión
que le da a mi corazón
casi deshecho en pedazos,
el consuelo con abrazos
la dulzura y la razón.
Y siento una gran ilusión
que es hija de la esperanza
de la sagrada alianza.
¡Ayuda, por compasión!

Siento temor a partir
aunque no temo a la muerte
y sí, al dolor inminente
en el trance de morir.
Tan solo puedo decir
con mi pecho trasparente,
al inclinar yo mi frente,
hágase tu voluntad,
ya que en mí, la soledad
fue siempre mi mejor fuente.
.
Sombra que vas traspasando
lentamente la amargura,
sin calor en la noche oscura.
Y mi pecho marginado
quiere vivir a tu lado.
Siendo la verdad inminente,
la locura que en mi frente
implora morir Contigo,
porque sé que ere mi amigo
hasta después de mi muerte.

Yo prefiero vivir loco
y no cuerdo sin tener
a Cristo para comer,
al que siento veo y toco,
aunque le ofrezco muy poco.
Ese poco es el todo
que yo le entrego a mi modo,
porque mejor no sé hacer
y Él lo sabe comprender,
como lo comprende todo.

Te imploro con amargura
con el corazón y mente
que siempre me sea presente
en mi alma tu dulzura.
No hay relevante cultura
en los labios de la muerte,
pero siempre está presente
y para todos es descansar
y no sé de ningún lugar
para el rico, preferente.

Al final de mi jornada
y cada día al empezar,
me gusta tu Cruz besar,
porque encuentro en Tu mirada
a modo de una llamada,
y en las noches al terminar
indicándome el lugar,
hacia el norte del camino,
y con tu rostro divino
nunca puedo tropezar.

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