miércoles, 18 de noviembre de 2009

A LA SOMBRA DE UN SIPRES.

Desierta mansión lejana
de una tumba blanqueada
que a pesar de ser el centro
de una urbe desolada,
donde descansa el espectro
con las fibras lacerada.

Allí se escucha mejor
la llamada del silencio
con su arrullador clamor.
Porque el silencio no está
solamente en su adentro,
se escucha en la oscuridad
del alma y el pensamiento
del descanso del espectro.

Son las sombras de un recuerdo
que cada vez es más lejano.
Lo que hubo esta muy lejos;
mañana será cercano,
porque ya serán reflejos
de lo que estuvo en mi mano.

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