viernes, 27 de noviembre de 2009

DUDAS Y REBERDIAS

Una tormenta de calma
que bate olas del viento.
Eso es lo que es mi alma,
corazón y pensamiento.

Dejad que arda la flama
del fuego de mi pasión.
Por favor que nadie ponga
barreras en mi corazón,

porque pararía los mares
de mi pequeño universo
que aún estando en libertad
siempre se mantiene preso.

Cautivo fui de las flores,
de la luna y del sol.
Bebí del iris colores,
enredado en el dolor.

Dejad que fluya mi río
hasta que sacie la sed.
La sed que tengo, y el frío
por el miedo al no saber.

Tengo miedo de tener
por compañero el Averno,
porque sé que Lucifer
con flores me da el Infierno.

Unas veces con las rosas
y otras con un clavel,
con disfraz de mariposas
y siempre un final con hiel.

Aunque parece dulzura
las frutas de esa mansión,
me producen amargura
sus fibras de tentación.

De esa que me va bañando
con aguas cutres de un río
donde mi alma temblando.
Temblando muere de frío

–Quédate tu dulce miel
y esa lluvia del rocío,
porque tú, eres Lucifer
un ladrón siempre escondió.

Déjame en el hastío invierno
durmiendo mi felonía,
ya que el calor de tu infierno
es la soledad más fría.

Sí esa tormenta de viento
arrastra a mi corazón,
seré cual barco sin puerto,
sin bandera, ni timón.

Sería la sombra de un muerto
que vivo se sepultó;
ahogándose en un desierto
donde nunca, el sol llegó.

Dejadme en mi dulce sueño
sin llegarme a despertar.
Aunque mi barco es pequeño
intenta no naufragar.

ya que a tu reino desdeño
sin futuro ni fanal.
No quiero arder cual un leño
en un fuego sin final

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