miércoles, 27 de mayo de 2009

¿SI SÓLO FUISTES UN SUEÑO?

¿Si sólo fuiste un sueño
por qué tengo que llorar,
cual llora un niño pequeño?
Me gustaría despertar
acariciando tu pelo
sobre mi barca en el mar
y después, mirar al cielo
con los ojos sin mirar
y escuchar aquél, ¡Te quiero!
que en mis sueños oí gritar
¿O fue tal vez, el frío hielo
que inunda mi soledad?

Dejadme que despliegue las
alas de los sueños,
en las cumbres de la noche
y después,
abrazar las lágrimas del viento
y las los ojos de las estrellas,
sepultadas en el vientre del pasado.

Quiero volar con el aire,
rasante, sobre las olas del mar
y acariciar el espejo,
que apenas puedo tocar,
lo que ya duerme tan lejos
de tus auras cual fanal.

No sé si será locura
querer besar el silencio
donde duerme la dulzura
que anida en mi pensamiento.
Pero en ¡cuántas veces pienso!
si no fui una criatura
que nunca estuvo en el tiempo,
ni siquiera en fantasía
lo trémulo de este cuerpo.

Quiero volar en la noche
porque no me basta el día:
para arrancarle a las sombras
su donaire a la poesía.

La que se enredó en mi alma
con yerta melancolía,
y llegó a mí, tal tesoro
que el cielo me concedía.
Una noche o una maña
cuando creí que dormía.

Dejadme ahogar los suspiros
de ese eterno amanecer,
hasta que las nubes blancas
que cabalgan en mi frente,
sean sólo una caricia
que en el viento salte y jueguen,
como hojas amarillas
que se pierden en los ríos
entre aguas transparentes.

¡Ni aun así! Sabré como llamarte,
porque las lenguas del tiempo
habrán deshecho tu estambre.

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