lunes, 21 de enero de 2019

DE MI AGONIA. EL DOLOR.



        Está basado en el desprecio de un
determinado caballero, que quiso
ahogar mi pluma; con aquella
frase, de mofa e indignación.
Por que él suponía que yo, no
tenía derecho a publicar mis
trabajos, ya que eso era patrimonio
exclusivo de intelectuales.
                          *
        Por ser  un intelectual
me escupisteis en la cara
como a una sierpe o animal
y ese fuego de tu llama
llegó a mi pecho, a quemar.

       Tu insulto ha sido mayor
cual dos frías puñaladas
clavadas en mi interior.
Tal cual que mil bofetadas
no causarán más dolor
en mi alma laceradas.

        Pero la pluma y mi cara
gracias le darán a Dios,
porque usted, santificará
con su desprecio mayor
un alma que dedicara
a solo derramar AMOR,

        Le deseo, de corazón
suntuosas andaduras,
según fuera su intención
al sonrojar mi figura:
sea del corazón, su amor
o con la mayor amargura.
¡El doble le deseo yo!
                        -
      Es cierto que no comprendo
al hombre intelectual,
y bastante que lo siento.
Aunque no es menos verdad
que algunos de ellos me causan
náuseas por su vanidad.

Porque si ese, es el ejemplo
que prodigan a los demás,
yo prefiero ser un lego
que amor siembra en cantidad,
y no ser un sabio ciego
carente de caridad.           
       -
        El dolor de mi agonía
no es las garras de la muerte,
ni la cruz de cada día
que me ha tocado por suerte,
ni tan siquiera diría
el amargor de indigente.

        Creo que soy  repelente
al hombre intelectual.
Cuando en realidad la gente
tiene mucho que callar;
porque bien sé, que echan peste
lo que arrojan al hablar.

   ¿Por qué se empeñan aquellos
en dudar de algún caudal?
¿Acaso los cuadros bellos
siempre los suelen pintar
los intelectos destellos
de alguna universidad?           

        La dulzura y el amor
no son fruto de los libros.
Eso, es tan sólo de Dios
que a cada uno le ha escrito
dentro de su corazón
un tesoro tan bonito                  
que ni el cuerdo y su razón
con su pluma lo ha previsto.

    Como puede ver el color
donde nace el talento
que pueda darle a un cantor
el don que brota en su aliento
de tan bella y dulce voz
Tal vez que el hombre esté ciego
para no ver que es de Dios
todo lo que exhibe luego...        
               *

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