jueves, 14 de abril de 2016

EN UNA JAULA DE ORO.


    

       Prisionero en libertad
        en una jaula de oro.
        Grito y nadie me da
        el motivo, porque lloro.

       Soy cautivo de palabras
        que ya se fueron al viento.
        Soy prisionero que guarda
        secretos del pensamiento.

       Carcelero de dulzura
        que pondría en libertad,
        sí no fuera una locura
        condenar la eternidad.

        Condenarme eternamente
        en los pavorosos ríos,
        donde derrama la fuente
        el Averno como estíos.

        Sí me pudiera librar
        de estos barrotes de acero;
        le diría al Mundo entero:
        –dejadme preso llorar.

        Prefiero estar prisionero
        entre rosas y azahar,
        en las estrellas y el mar,
        aunque sea de limosnero.

        Cautivo de la mirada
        del silencio en soledad.
        Cautivo de la verdad
        de una honestidad callada.

        Y cautivo quiero llegar
        hasta el aura de mi amada
        la que está en aquel lugar
        donde el dolor, ya no es nada.
                  *

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