jueves, 26 de noviembre de 2015

ES UN SIMPLE TESTAMENTO.



             Es evidente que he sido un peregrino
             que desde el mismo día en que nací,
             anduve por desérticos caminos
             y hoy que ya es supuesto fin,  
         puedo decir sin dudar
        que me hallo de regreso
        a mi verdadero hogar.

        Mi vida sólo fue un puente
       que me ayudó a cabalgar
       a la grupa de la muerte
       que me lleva al más allá,
       donde sé que hay una fuente
       de dulce felicidad.

      Si duermo, no me debéis despertar,
      a lo sumo recordarme
      como una estrella fugaz  
      que alguna noche muy tarde,
      quiso destellar bondad.
     Y tan sólo recordarles
     mi gran deseo de paz.
                  *
     Rogelio García Galindo.             

No hay comentarios: