REBELDIAS.
*
Bien sé que existe una
fuente
de agua dulce como miel.
Yo sé que cada mañana
y después al atardecer
ese espíritu me llama
para darme de beber,
del gran fuego de su flama
que el Cielo pone a mis pies
para iluminarme el alma.
Pero en cambio hay otro ser
dentro de mi pecho negro
que me quiere convencer
que lo bello no es lo
terreno,
y que el Cielo tan sólo es,
algo que el hombre a inventado
para obligarles a temer
a los memos despertados.
Por lo cual hay una lucha
entre mi alma y mi piel
que el otro yo, más sensato,
grita a Dios, por si le
escucha,
pidiendo un poco de miel,
para que esa fiera inmunda
no me vuelva a ser creer
lo que mi alma repudia
Paradoja;
En esta batalla cruel
¿Sabe quien es el pagano?
El más débil de mi ser
que se siente cual
gusano
sin poderse guarecer,
en razonamiento humano.
*
.
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