jueves, 20 de noviembre de 2014

LE PEDÍ UN REGALO AL CIELO.

                   

Le pedí un regalo al Cielo,
de una cosa nada más;
que quería ser alfarero
y que tú fueses arcilla
que pudiera moldear. 

Pero el Cielo me a otorgado
el mirarte en  la distancia 
y con los ojos besarte
a través de las murallas
de un espejo sin cristal.

Yo quise ser alfarero
y sólo pude alcanzar
que no me privara el Cielo
de contemplar la dulzura
que sé, que no he de probar.  

¡Qué absurda tal petición!
Si nada le pude dar
de hermosura a tu semblante,
ni al entorno de tu cuerpo,
ya que fue un desprendimiento
que llegó del más allá.

Y el de un ángel, es tu cuerpo
e imposible de semejar,
ni tan siquiera Velázquez
si vuelve a resucitar,
sería capaz  de pintarte
y darte más bello entorno
de lo que  tú heredaste
de la fuente original.

De ahí que siga mirando
ese cuadro sin pintar,
y me pregunte –¿Hasta cuándo,
yo tendré que mendigar
la caricia de la sombra
de tu marco sin fanal?
              *

No hay comentarios: