Fui a
visitar vuestra fosa
pensando
que encontraría
la
repuesta a muchas cosas
que entre
cejas yo tenía.
Y al pie
de la tumba puse
un
clavel con una rosa;
para mis
hijos, el clavel,
la rosa
para mi esposa.
Y no
encontré la respuesta
de lo
que creo que sabía,
aunque
con duda supuesta
a crisola
en fantasía.
Y tantas
respuestas obtuve
de lo
que fue y no es
de un
pasado que se fue
como un
viento entre las nubes,
más allá
de un gran dolor,
cuando
en la fosa enterré
trozos
de mi corazón,
sin saber
nuca el por qué
de lo
que mis manos tuve.
Para qué
bucar respuestas
a un
enigma que no se ve
de
tantas dudas supuestas.
Cuando
en realidad no hay,
nadie
que nos pueda explicar
vaticinios
de la estrella
que se
nos dio si buscar.
¿Cómo se
puede explicar
a
alguien que no ha probado
el sabor
del retamar,
que nos
dejó traspasado?
–Sólo
deseo que ese cáliz
nadie lo
llegue aprobar,
ya que
siempre es más fácil,
compadecer
a los demás.
*
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