Me confunden los destellos
de
las palabras hirientes.
Me
avergüenzan todos aquellos
que
presumen de prudentes,
Me confunden las personas
que presumen del saber.
Cuando creo que son sombras
de clocas o de un sipres.
Y siento vergüenza ajena
cuando veo a los truhanes
que
le divierte la pena
de
indigentes pusilánimes.
Dicen que somos iguales.
Tal
vez iguales en pintura,
o
más bien en los yázcales
de
las yertas sepulturas.
*
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