miércoles, 9 de marzo de 2011

LLORAR NO VOY A LLORAR...

Llorar, no voy a llorar
cuando me ataquen los lobos
de esta inicua sociedad.
Si algún día ven que lloro
pueden estar bien seguros
que será por mucho amar.

Porque el llanto es estruendo
del que van a sepultar.
Por más que me hagan daño
ese supuesto animal
siempre será un aledaño
para obligarme a rezas.

Dejen que saque las uñas
que algún día se han de comer
esas pandas de mendrudas
capaces de convencer
aquella proles con dudas
y que no puede entender.

No os preocupéis bribones
que la cuerda está hecha ya.
Porque al débil los “talones”
les sobran para obtener
convenciones a millones
y de ellos sangre beber.

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