viernes, 16 de octubre de 2009

LOS ASNOS INTELECTUALES.

“Los asnos intelectuales”
son aquellos que me miran
como escoria abominable.
Sé que no soy mucho más.

Me consta que no soy nada;
apenas si una sombra
de una estatua lapida
en lo profundo del tiempo,
donde no existe un suspiro,
ni tan siquiera del viento
o una caricia de amigo.

Pero en cambio hay una flor
que ha germinado en mi pecho,
entre hadas que volando
van abrazando mi alma;
y entonces mi corazón
se convierte en estruendo
del más frágil y dulce amor
que jamás e imaginara;
lo que nunca fue capaz
de pensar que en mí anidara,
la dulce llama del fuego
qué hasta los palpados abrasan.

Por eso siento dolor
dentro de mi corazón
cuando miradas de hielo
me traspasan sin pudor.

Soy igual que una paloma:
si no la dejan volar.
Mi pluma es como aroma
de extrema fragilidad
que a mi vida le da forma
con su bella alacridad.

La indiferencia es el fruto
de una errónea formación
que va engendrando disgusto
al presunto, fanfarrón
y que alardea de ser justo
con su presuntuoso don.

No hay comentarios: