jueves, 18 de diciembre de 2008

LOS ESCLAVOS DEL ORO BLANCO

LOS ESCLAVOS DEL ORO BLANCO.
II, PARTE DEL TÍO ANTOLINO. * INTRODUCCIÓN DEL AUTOR.
Al interior de esta obra he querido llevar las verdaderas sombras o huellas de un pasado que aun estando tan distante de nosotros, siguen vivos los destellos en las mentes de los que les tocó vivirlos. Vivir las desgarradoras uñas del hambre, la desolación de una guerra, las consecuencias de un pueblo abandonado, donde las atenciones más elementales para poder seguir viviendo brillaron por su ausencia, unidas a miles de contradicciones, sembradas por los "diocesillos del poder", aquellos que sus errores suelen sepultar en el fondo de la razón inventada del patriotismo. Pedro y Magdalena, aun siendo personajes engendrados con la pluma del autor, no dejan des ser los más fieles exponentes de aquellos hombres y mujeres que e igual que en otros lugares de nuestra gloriosa Tierra, todos ellos fueron los que tuvieron que pagar a base de dejarse la piel a tiras en los más inverosímiles trabajos, las facturas de los que se suponían los salvadores de España. Bueno, y no digo un disparate aquí, para no enturbiar el buen hacer, de las personas del mejor vocabulario. No he querido señalar ideologías, ni nombres verdaderos de personas que llegaron a protagonizar con sus propias carnes, efemérides de tantas barbaries que no tienen nombre. Y no lo he hecho, para que nadie se pueda sentir herido, y que coste que no ha sido por cobardía, sino para que las huellas del ayer puedan dormir en el cenotafio del olvido.Hago constar que como siempre que, se dan las circunstancia en otras de mis obras, que todos aquellos personajes que se han llevado a estas páginas, salvo los que detallo con apellidos, son fruto de la imaginación del autor. Por lo cual, cualquier coincidencia con nombres de alguno de ellos, sería una mera casualidad. Los lugares detallados son hijos de una viva realidad. En esta obra contiene 214 páginas y su importe es de 12 euros más gastos de Envío, Gracias por la atención de todos ustedes, El autor.

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