miércoles, 19 de octubre de 2016

CADA DÍA QUE DESPIERTO.



Cada día que me despierto
y consigo dialogar,
con el viento, las palomas,
la luz y la oscuridad
y el silencio de la noche
en el espacio sideral.

Me siento como una pluma
sin ninguna densidad,
que vuela entre las nubes.
Sumergido en el regazo
de Santa María del Mar.

Cada día que sale el Sol
y veo un nuevo anochecer,
yo le doy gracias a Dios,
ya que mañana no sé
si veré su resplandor.

Y entonces veo que mi sombra
es luz en la oscuridad,
donde tan sólo el Averno
consigue hacerme llorar,
cuando rasga el pensamiento
que empezó a hacerme soñar,

con la maldad de los hombres,
las lágrimas de los niños
que no saben qué es la paz,
ni la fuente del amor
que, unas fieras sepultaron
antes de aprender a andar,
en cenotafios sin nombre,
construidos sin bondad.

Y entonces pregunto al Cielo
¿Por qué me hiciste aprender
de que color era el fuego
o el agua que he de beber,
al dejar de ser un lego?

Dejadme soñar despierto;
no despertarme  jamás
                  de aquella noche que el ciego
                  si apenas sabía andar.    

Quiero creer que es del Cielo
los regalos que me llegan,
llenos de amor y consuelo.
Convirtiendo las quimeras
que nacieron con un sueño
en la verdad más sincera
que el hombre pudo soñar.

A veces parecen ciertas
y no es tal la realidad.
Y entonces llega el supuesto,
sí el sueño fue una verdad
o sí la verdad un cuento,
sin principio, ni final
que soñé estando despierto.

Tal vez que fue en una noche
o en una tarde de verano
cuando la sombra del viento
me acarició con su mano.
Entonces me desperté
y vi que estaba llorando
al comprobar que soñé
recuerdos de una ilusión
que siempre estuvo dormida
dentro de mi corazón.
              *

viernes, 14 de octubre de 2016

¿POR QUÉ MIRAMOS TAN ALTO?


¿Por qué miramos tan alto
para buscar al Creador?
Cuando Dios está a nuestro lado
y no escuchamos su voz.

El hombre exprime la mente
creyendo que inventa algo,
y no entienden sin embargo
que Dios, vive en la gente.

Vive su Soplo Divino,
como una llama de fuego.
Porque Dios es el camino
que ilumina a muchos ciego. 

Él nos manda sus dulzuras
sin medida al corazón.
En cambio aquí las criaturas
respondemos con un ¡no!
Y luego en las amarguras,
gritamos, ¡Llamando a Dios!:
Y eso es, cuando no se le culpa
de nuestra tribulación.

Yo creo que bien lo digo.
¿Tu sabes lo que me gustaría, Señor?
Ser un elemento vivo
en  manos del sembrador
que sembrara como trigo,
muchas montañas amor. 
Y además, ser Tu testigo
sin vergüenza, ni pudor.
que abrazara al enemigo  
que intenta  acallar tu voz.

Quisiera ser, Padre mío,
algo que no piense en mí.
A lo sumo como un crío
que lo bello que hay en ti,
lo extienda en el camino
que me ha tocado seguir;
sin pensar si he merecido
tus dones para esgrimir,
lo que Tú pones en mis manos
cómo sarmientos de vid;
llevándolo a mis hermanos
                 al olvidar lo que fui.
             *

martes, 4 de octubre de 2016

MI AMOR POR ELLA.

          

QUISE ENCONTRAR EN LA FRÍA…
                         *                

Quise encontrar el la fría estela del silenci
algo que creo que no existió
y sí existió, ya no recuerdo su nombre.
Sólo me llega a la memoria
aquella loza que mis ojos no pueden taladra. 

No la pueden perforar
porque el escudo que custodia aquel silencio
es un estruendo sepulcral
que sepultan las miradas de los ojos,
para que no puedas mirar,

aquellos ojos azules que vieron las estrellas,
los labios que sellaron  nuestro amor,
las manos que estrecharon este pecho
que hoy se parte en dos mitad por el dolor
de tantos errantes maltrechos.

Y en cambio no recuerdo sí exististe
o en mis sueños fuiste una ilusión
que al despertarme  de ellos,
sólo escucho el estruendo de tu voz,
y el estampido desgarrado del silencio.

                                             Y el supuesto llanto de una alondra
que se empeña en volver a despertar,
lo que sé, que no existió en la memoria.
Sí algún día esa sombra se extinguiera
y mis sueños se volvieran realidad,

te aseguro que las fauces de la muerte,
para mí sería, como un nuevo comenzar,
desprendido de sus brazos como un puente
para unirnos a los dos en el más allá,
donde el sueño, ya no es un sueño,

si no una bella  realidad.
Y eso para mí, tan sólo tiene un nombre,
el que he de bordar con oro en las estrellas.
Es muy simple, si se pintará en el Cielo
                                             al conjugarle es el verdadero amor
que al simplificarlo es ¡Aún te quiero!
                     *