lunes, 25 de abril de 2016

SI YO PUDIERA LOGRAR...

                                

             Me gustaría alcanza
            el más absoluto perdón.
            Llegaría hacer, mi paz
            y toda, la fragancia de amor.

             ¿Por qué se paró el reloj
            cuándo apenas empezó andar?
            Veo del Febo el resplandor
            y la misma hora da.
            Se ha parado la tierra,
            y no anda la humanidad.

            Se  partió el eje del orbe
            ¿Quien lo podrá reparar?
            Los montes están varado
            en las arenas del mar
            Las aguas se están quemando
            y el viento ¿A dónde está?

             El garfio punzante
            de la Luna clara
            y el sol brillante 
            se esconde tras de su cara.

             Las nubes en batallones
            desfilan como guerreros
            y el iris sin escaleras
            va a pernoctar en los cielos;
            cabalgando sin espuelas
            a la grupa de luceros.

            Se asfixia el agua del mar
            y el glaucos se deteriora
            en la gran profundidad
            y las aves todas lloran
            por no encontrar densidad,
            ni el color de la amapola.

             Las sombras galopan como un felino,
            clavando los dientes afilados de su boca,
            en las garras hundidas del camino
            que retuercen a las yedras en la roca.

            La luna se abraza al sol
            como el rocío en la noche
            en el cáliz de la flor
            y no encuentra en ningún sitio
            un ápice de calor;
            porque se ha secado el viento
            y ya no andaba el reloj,
            ni se movía la tierra
            ni el coral tenia color.

            Todos gritamos a Dios,
            para que el orbe volviera
            a girar alrededor
            de la suntuosa esfera,
            y que volviera el reloj
            a  la fértil paramera
            aunque acuestas del dolor
            que antes de pararse tuviera.

            Y entonces, Dios nos plantó
            sobre la faz de la tierra
            un pedazo de su amor,
            con semilla nueva y bella
            y al hombre le coronó
            con poder sobre las fieras.

            Crecieron sueños en ellas
            e ilusión en el corazón.
            Crecían cosas tan bellas
            que el hombre le dijo a Dios.
            –Déjame mirar aquella
            que un día quemó el reloj.

            Volvieron las golondrinas,
            la luna y la luz del sol.
            Volvieron cosas tan finas
            que al hombre se le olvidó
            cuando un día en una esquina
           se le paraba el reloj.

            ¡Claro, qué se le olvidó
            el color de la escalera
            que le llevaría hasta Dios!
            Y reincidió en la primera
            cuando tuvo la ocasión.

            Creció cizañas en aquellas
            la envidia y la sinrazón.
            Sin ver que habían estrell
            de fragante luz y calor,
            y mucho más, allá de ellas
            él no vio que estaba Dios,

             en un jardín de doncellas
            que un día ya fueron flor.
            Hoy le contemplamos a ellas,
            lo mismo que el labrador
            plantaría la semilla
            con el fuego de su amor.

            Por ser hombre, sufro y lloro.
            al hacer con la razón
            "Otro becerro de oro"
dentro de mi corazón...
                         *

LLORAR, NO VAIS A LLORAR.


Llorar, no vais a llorar
cuando me perdáis el artista;
sólo podréis comprobar
que fuisteis corto de vista
al no saber valorar
mis derramadas conquistas.
          
Siento como un estallido
en la sombra de la noche
que me arañan las escamas
del alma, cansada y fría.
Y la silenciosa soledad,
me grita despavorida,
como furia de huracán.

Un día, el hombre llorará
cuando se cierre mi puerta
y hasta se maldecirá
por no escuchar al poeta
cuando aún podía hablar.

Es muy fría la verdad
que araña sin compasión
y con hastía crueldad
el fondo del corazón.

Llorar, no voy a llorar
aunque me ahogue el dolor;
porque hay en mí un caudal
que me lo alimenta Dios,
para que pueda gozar
del fruto de un dulce amor.
Amor que da libertad
a mi alma y a mi voz
y a la pluma al derramar 
lo que mana en mi interior.

Por lo cual, no lloraré,  
en todo caso, cantar
al pensar que un día tal vez 
el hombre si abrevara
en la fuente de mi miel,
con la que se embriagará.P
           *

jueves, 21 de abril de 2016

A LA ESTIRPE INTELECTUAL.



         La estirpe intelectual
         repudia el comportamiento
         de mi modo de actuar.
         ¡Y digo yo! Tal lo siento.
         ¿Por qué detener el caudal
         de las aguas o del viento?

         ¿Por qué dicen que es audaz   
         el cobarde en pensamiento?
         Si tan solo él, sabe andar
         de prisa cuando algún viento
         le va empujando de tras.
         ¡Dejad que mi pensamiento
         vaya sembrando la paz!
         Aunque sea en el desierto
         de quien le quiera escuchar.
        
         Dejad las flores crecer
         y a los niños darles amor.
         Dejad que el hombre sea él,
         como lo creará Dios,
         y si veis que alguna ves
         se lamentan del dolor:
         tratarles como a un clavel,
         porque es una tierna flor
         semejante a dicha piel.

         Dejad que vuelen las aves
         a sus antojos en los cielos
         y a diferentes lugares;
         Porque el trino de sus pechos
         son mensajes a pilares
         apoyados en los más ricos
         de afluentes manantiales
         y saciare el apetito
         de exigentes paladares.
                    ***

    

martes, 19 de abril de 2016

LLAMAN CRUCES.


Llaman cruces a cualquier cosa
o sin más a los reveses.
Oro dicen que es el tiempo
perdido en la distancia
y no hay forma ni contesto
que se pueda equiparar
a semejantes adjetivos.

Un revés, no es una cruz,
es simplemente un dolor
que disminuye la luz
que bulle en nuestro interior

La Cruz real y verdadera,
es símbolo de esperanza
que cualquier alma la espera
cuando vuela a lontananza.

El tiempo es una sustancia
que el  hombre suele gastar,
sin concederle importancia
y sin saber administrar.

Porque el tiempo es un tesoro
que heredamos al nacer,
para gastar con decoro
y, hacer buen uso de él.

Luego si sufres algún revés
y el tiempo lo mal gastaste.
No tiene nada que ver
con lo que tú te excusaste.

La Cruz no es ningún dolor,
pero el tiempo si que es oro
que a ambos como tesoro,
tal cual los hemos de ver.
                   *

viernes, 15 de abril de 2016

CUANTAS VECES HABRÉ LEÍDO.



¿Cuantas veces habré leído

las mismas páginas,

las mismas palabras,
los mismos consejos,
los mismos reproches?
Infinidad de veces

y aún no he podido conseguir
pronunciar  tu nombre,
ni recordar tus azules ojos,   
ni la seda de tus labios rojos,
y hasta el azafrán de tu pelo        
se han perdido de mi mente.

No sé si fuiste una ilusión
enredada  entre los sueños
como una yedra fugaz
que pasó sin darme cuenta;
y hasta he llegado a pensar,
si yo seré una quimera
en el fondo de un abismo,
sin principio ni final;
más allá de un negro olimpo
sin fanal en la eternidad.

Donde no llegará nunca
la sonrisa de algún ser
qué soñando me dijera.
–Sueña si quieres soñar
pero jamás te diré
si un día fuiste real.
Sólo te dejo la opción,
si es eres  capaz de llegar
a hurgar en tu corazón
las luces de ese fanal.
                                         *

jueves, 14 de abril de 2016

EN UNA JAULA DE ORO.


    

       Prisionero en libertad
        en una jaula de oro.
        Grito y nadie me da
        el motivo, porque lloro.

       Soy cautivo de palabras
        que ya se fueron al viento.
        Soy prisionero que guarda
        secretos del pensamiento.

       Carcelero de dulzura
        que pondría en libertad,
        sí no fuera una locura
        condenar la eternidad.

        Condenarme eternamente
        en los pavorosos ríos,
        donde derrama la fuente
        el Averno como estíos.

        Sí me pudiera librar
        de estos barrotes de acero;
        le diría al Mundo entero:
        –dejadme preso llorar.

        Prefiero estar prisionero
        entre rosas y azahar,
        en las estrellas y el mar,
        aunque sea de limosnero.

        Cautivo de la mirada
        del silencio en soledad.
        Cautivo de la verdad
        de una honestidad callada.

        Y cautivo quiero llegar
        hasta el aura de mi amada
        la que está en aquel lugar
        donde el dolor, ya no es nada.
                  *