jueves, 5 de diciembre de 2013

SUEÑOS.



Soñé que había creado
un libro de  alto valor:
tanto, que me daban niños,
sus padres, por uno, dos.

Cual mariposas volaban
aquellos  a mi alrededor.
Sus alas me acariciaban
como pétalos  de flores
y con pómulos de sus caras,

toda mi alma tembló
como una pluma de ave 
que el viento la sacudió.
Sentí el amor de los niños,
detonante cual cañón,
cataratas de cariños
que a mí duro corazón
lo impregnaron de su amor.

Mi cara distorsionada
por la vejes y los abrojos
que en la mente delataba,
a los niños le espantaba,
porque leían en mis ojos
las abundancias del alma,
de un inundaste cariño
que existe dentro del hombre
que no dejó de ser niño.
                                                               *