lunes, 29 de julio de 2013

OI EL MAR QUE GRITABA.

   

         SEA EL PRESENTE POEMA
         EN HONOR A MI AMIGO
         Juan Conejo...
 
          Me desperté una mañana
al terminar de soñar
y oír que el mar me gritaba.
Bramar, clamaba y lloraba
y busqué cómo escapar
de aquella hacha afilada
que sus gritos me arañaban.

         Yo me pierdo en su parcela
y en su alfombra de coral
y en las profundas llanuras
donde existen muchas vidas
a las que nunca llegarás,
por muchos años que vivas.


      Y oí el mar que decía:
    –A los rizos de mis olas
la vida le han de quitar
sino evitáis ahora
los vertidos a la mar.
¡Defiéndeme que estoy sola!

          En mi parcela del coral
es lugar de tantos peces
que a los cuales haces llorar:
–¿A que mundo perteneces
con ese negro disfraz?
¿No veis el cómo perecen
esas almas de mi hogar? 

        Todos tienen su parcela
         florida y acomodada.
El que puede volar, vuela.
Y hay más de uno que nada
para  humear en la ribera.
                                  
         La parcela destinada
a las distintas especies
que galopan cual corceles
de la gran profundidad.
Son semejantes a esos seres
que viven en la ciudad.  

         Llorando decía la mar:
        ­–Quiero que alguien me vele.
Alguien que quiera cuidar
que mi sangre no se hiele
vertiendo más suciedad.
Dejad que mis peces vuelen,
los que no quiera nadar.

         He alimentado a tus padres,
bañado a más de un chaval.
Espejo soy de la Luna
y en museos está el coral
que un día bañó mi cuna.     

          Deferencia quiero alguna
          por legarte el litoral.
¡No viertas más tus basuras
que tu te haces el mal!
No matar a esas criaturas
que habitan dentro del mar,
ya que siendo mis aguas puras
todos os podréis bañar.          

         Lloro, gritando, bramando
con los rizos de mis olas
que el litoral va bañando.
Y voy muriendo, hora a hora
del mugre que vais tirando
la que a mi alma la devora.

¿Cuántos poetas llegaron
hacer de mí, un cantar?
¿Cuántas mujeres lloraron
esperando un regresar?
         En mis sueños voy gritando:
         No maltraten, más a mi mar.