viernes, 22 de marzo de 2013

ALGUIEN DIJO, ALGUNA VEZ.

           

       A la memoria de la mujer
      maltratada.
                         *                          
     Alguien dijo alguna vez
     “Que era un acto criminal
     maltratar a una mujer”              
     yo les digo de mi parte
     qué abominable, lo es.

           Yo sé que algún día habrá alguien
que hagan un monumento a esas diosas,
como homenaje a la maltratada mujer,
víctimas de incomprensión y maldad.   
                          
Pondrán sobre el pedestal,
la lujuria y la codicia,
de tal acto criminal,
el ultraje y la avaricia
del hombre cual animal.

¿No piensan que la mujer
fue puesta sobre la tierra,
por la mano de Yahvé,
para hacer paz donde hay guerra
y a alumbrar a otros ser?

Ellas son madre y esposas,
luz y flor de amanecer.
     Su fragancia es cómo rosas,
     su dulzura, cómo miel
     que derrama en toda cosa.

      Por todo el amor de Dios,
      no ofender a la mujer.
      Todo aquél que la maltrata,
      sólo podrán recoger
      “Aquellos que a hierro matan
      que en  hierro han de perecer”.

           La mujer es el espejo
      de toda la humanidad.
      Es madre, esposa e hija
      que el amor lo suelen dar
      sin que nadie les exija.

           Cuando la mujer sequeja
      es porque el dolor en ella,
      es mayor que cualquier daga
      clavada en el corazón.

La mujer es una estrella
     que ilumina más que el sol. 
     El  aroma de azahar
     no se le semejan a ellas
     ya que van sembrado paz
     con toda su alma bella.

     Si te enoja con alguna,
     ponerle un poquito de miel.
     Háblele usted de la luna,
     de las dalias o el clavel,
     y de mentiras, ninguna. 

Será un nuevo amanecer
     el que despierte en su cuna.
     Esas calmas han de ser,
     almizcles cual de aceituna
     en el pecho de mujer.

     Mimarles en la juventud,
     en el dolor y el placer,
          con la mayor magnitud.
     Porque luego en la vejez, 
     es columna de la cruz
     que le ha de sostener.

     Yo les digo de mi parte
     que es muy bella la mujer.
     El matrimonio es un arte
     que allá en el atardecer,
     es compañía importante.

     ¡No maltrates a la mujer!
                 *

jueves, 21 de marzo de 2013

SIEMPRE HE TEMIDO A LA NOCHE.



          Siempre he temido a la noche
que no pueda despertar,
como tanbien al dolor, al viento
que transforma la dulzura
en agreste retamar.

Temo al negro pensamiento,
al hombre y la sepultura.
Pero lo que más me espanta
son las espadas de fuego
que con sus lenguas traspasan
hasta los pechos de aceros.

Son las fauces del resumen
de los que no damos nada,
a aquéllos que se consumen
por falta de una mirada,
qué no saben que nos unen
con las alma olvidadas

que se revuelcan en el hambre,
y no solamente del pan:
de valores y manantiales
que existe en cantidad
en esos frágiles pedernales,
saturados de bondad. 

Y a los que están en el poder,
a ellos mando estos gritos:
si es que pueden entender
el porque se inmoló Cristo,
no solamente por la débiles greys
sino también por los listo
que se esconden en el saber.
                      *

viernes, 15 de marzo de 2013

VENDO MUÑECAS DE SUEÑOS.

   

          Me gustaría inventar un poema
que las palabras y aliento
fuesen olas de bondad,
que el dolor y el pensamiento
se pudieran encontrar
en fronteras de lo eterno
donde  no existe el final.

         Vendo muñecas de sueños  
que se amontonan en el pecho
de los recuerdos dormidos.
Y en las alas del papel
se dejan oír sus gritos
igual que el batir de olas
que salpican cual granito,
cuando se hayan sumergidos
como si fueran suspiros
que se dejan acariciar
por la sonrisa del alma.

Como si fuesen hermanas
del brillo de las estrellas
o suntuosos corales
reflejando desde aquellas,
la luz que derrama el aire
que mueven el interior
dormido del pensamiento.
Ese, que como una flor
que hombre mantiene dentro
del alma y el corazón.                                       

         De ahí que sea las muñecas
como ninfas derramadas
de las cascadas del tiempo
o de diosas encantadas
que llegaran desde el Cielo,
a bañarse en las aguas
de aquellos brazos abiertos
de las praderas de dulces
que el hombre mantiene dentro
tatuado con el fuego,
del calor que derramaron
los nobles progenitores
que le dieron tanto aliento. 

         Por lo cual dichas muñecas
cada cual le dará forma:
según sean sus recuerdos,
mantenidos en las sombras
de unos lejanos momentos,
casi de sueños olvidados
y que muerden sin compasión
los entresijos del tiempo.
                 *

miércoles, 13 de marzo de 2013

ME REPITO UNA PREGUNTA.



           Me repito una pregunta
 que nunca sé contestar.
 Y hasta me hace temblar:
 cuando la escucho, me asusta.

          No sé si estoy vivo o muerto,
 ni siquiera lo que soy
 y menos a donde voy
 cual si fuese un falso viento.

          Es una pregunta inerme
 que devora mi interior
 sin compasión, ni pudor
 con las fauces de la muerte. 

           ¡Que nadie me compadezca
 cuando me vea llorar!
 Mi llanto es un cantar
 aunque tal no lo parezca.

          Yo les puedo responder
 a la pregunta que hago;
 sin dejar un negro amargo
 en las esquilas de su ser.

          –De este mundo no soy nada
que pueda ser positivo.
Tal vez la sombra de un vivo
en la noche derramada.

         Y en cambio escucho una voz
aunque no la he merecido
del Espíritu encendido
del Soplo que me da Dios.

         De ahí que yo esté contento
y no vuelva  a preguntar,
lo que no debí pensar
con mi oscuro pensamiento. 

         Siento tener que decir
que me atormenta la idea
de esa negra panacea
que no me deja vivir. 

          Pienso que aquello que toco
lo suelo echar a perder
y no puedo comprender
como doy a Dios, tampoco.

          De ahí que sea mi pregunta.
¿Para qué habré nacido
y por qué Dios me a elegido?
Es una idea que me asusta. 

         Contemplo mi promontorio
y tan sólo veo basura
que putrefacta satura
el blanqueado envoltorio. 

          Los ojos al Cielo levanto
implorando caridad,
ya que no hay en mí bondad
para aspirar a ser santo.

         Dios mío, Tú me llamaste
para arar en tu viñedo 
y al intentarlo es el miedo
el que me impide a Ti darte

          esos arrecifes de fuego
que en mi corazón engendraste.
Pienso ¿Qué puedo ofrendarte
si sólo soy, un simple lego? 
 
          ¡Fortunas no puedo darte!
Mi riqueza es el amor
que derramo sin pudor
en los hombres, por amarte.

          ¿Qué quieres de mí, Señor?
¿Para qué me has elegido?
Si mi ser, está divido
entre  el odio y el amor. 

          Por lo cual nunca he sabido
como pedirte perdón,
aunque bien sé que hay un don
que a mí ser le has concedido

         que es el mayor galardón
que jamás pude soñar,
el que un día al despertar
me sentí hijo de Dios. 

          Eso me llega a espantar.   
¿Cómo llevar la bandera
hasta el final de la Esfera    
sin llegarte avergonzar? 

Señor. Es muy alta dicha apuesta
para un ser desenterrando
que en las sombras del pasado
no quiso abrirte la puerta.

         Sólo me queda el consuelo
que siempre estará a mi lado,
la esperanza y el cuidado
que me llega desde el Cielo. 

        Ya no le temo a la espada
    que me clava el Averno,
    porque aunque sí, es cierto el Infierno,
        tengo de Dios la mirada.
        Por lo cual no temo a nada
        siempre que confíe en lo Eterno.
                   *

martes, 12 de marzo de 2013

¿HABRÁ ALGÚN GRITO MÁS GRANDE?.

  

          ¿Habrá algún grito más grande
que el que dan los corazones
de dos pechos  que se funden
en los brazos del amor?

         Cuando ese grito se rompe
por alguna incomprensión,
es cuando se siente el hombre
ahogado en su interior.

          Dolor que llaga a la herida 
de ese mismo corazón
que pudo entregar su vida
en más de una ocasión.

          Ocasión que se rompió
en pedazos tan pequeños,
con nada que confundió
a los dos, en amargos sueños 

          El amor es una flor
que hasta llega a palpita
en llamaradas de calor
que a veces el hombre marchita,
y en el viento se van las hojas
sin aroma ni color.
El desamor las despoja
de su más fragante olor. 

    Colmarles de gratitud
    para que el grito no muera.
   Y así no será una cruz
    para nadie tan siquira
    llegue a oscurecer su luz
    que han de llevar cual bandera. 

         Yo sé que el amor perdura
         cuando ese árbol  se riega,
         hasta que el fruto madura:
         más allá, del más afuera
         de la agreste sepultura.
                 *

viernes, 8 de marzo de 2013

CON MI MAYOR ENEMIGO.

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Con mi mayor enemigo
tengo que vivir y morir.
Y tiene que ir con migo
desde el principio hasta el fin
convirtiéndome mendigo.

         Como una sombra tupida
te acabo de descubrir.
Vas jugando con mi vida
en este ir y venir
y tengo el alma partida

         El usa mi corazón:
lo cual me preocupa tanto
que aún sin tener la razón,
va matando al hombre santo
en más de una ocasión.

Aprovecha mi emoción
cuando yo nunca le viera.
El provoca la explosión
para que salga la fiera          
que burla toda razón.

Fiera que llevo escondida
muy dentro del corazón
que me nubla hasta la vida
sin dejar pasar el sol
a la llaga de esa herida.

En cada hombre hay dos seres
que sino tienen cuidado,
puedes perder los papeles
y sentirse acorralado
en las mallas de sus redes.               

En mi ser, el perdedor
se va jugando la suerte
con sus derechos y razón
y a veces luchan a muerte
perdiendo siempre los dos

El bueno es inocente.
El malo un animal
y a veces se odian a muerte
sin encontrar el fanal
de lucidez de la mente.

Nunca paran de luchar.
El bueno es más valiente.
Un osado el criminal,
él se matiene pendiente
para provocar el mal.

Se aconsejan mutuamente,
se tratan de igual a igual.
Cuando se distrae el valiente
aparece el criminal
lo mismo que una serpiente.

Yo tengo que estar pendiente
porque el otro, es muy audaz.
Siempre le llevo en la mente
desde el principio al final
y hasta me clava sus dientes.

         Cuando me juzgue la gente
sin ser capaz de acertar.
¿A quien juzgan, al valiente
o en enjuiciar al criminal
que siempre es diferente?

Voy pensando en los dos seres,
el bueno y el criminal.
¿Al que sabe sus deberes?
¿ al otro que no es normal
y bien sé que no se quieren?

          Cuando les veo, me pregunto.
¿Es que existe alguno más?
Mi propia mente no quiere
este enigma averiguar,
para no saber quien hiere.

         O son un tal para cual
¿Por qué sí el yo, siempre vive
y existe el criminal,
cuál de ellos es el que escribe?
¿o existe un tercero más?

         Al narrarle mi persona
         hay principio sin final.
Si los desdoblo razonan,
         unidos no son capaz
de darle a la vida forma.

         El malo escucha al valiente
         y no se atreve a replicar.
Siempre van luchando a muerte
y no se pueden separar
de mi corazón y mente.

         Y aquí me tienen a mí
         sin saber donde empezar.
Si defiendo al inocente
me ataca el criminal.

Si agasajo la serpiente
me suelo perjudicar.
Creo que lo conveniente
es mantenerme neutral
y que los juzgue la gente,
si son capaces de la cual.
                  *

jueves, 7 de marzo de 2013

 

YO SÉ QUE ES FELICIDAD.



          ¿Saben qué es felicidad?
Yo les puedo contestar;
es la sonrisa de un fuego
que traspasa las murallas
del alma y el paladar.

         Es igual que un viento suave
que acaricia las mejillas
en la tenue oscuridad,
y cuando aquella se apaga

          regresa la realidad
donde se comprime el alma
como una esponja del mar.
A veces lo que fue fuego
son espadas de cristal
de un desconocido juego
que el hombre llega a pisar,
para contestarse luego. 

     Yo no supe disfrutar
     de ese tesoro de estrellas
      que bien me llegó a inundar
     de las sonrisas más bellas
     que nadie pudo soñar.

     La felicidad sonríe
     a quien la deja llegar
     a los remansos del alma
     de la inmensa humanidad.
    ¿En cuántas personas hay fuego
    de un corrupto manantial
    cuando se pone veneno
    donde se quitó la sal?
    Bien sé que mató lo bueno
    para darle vida al mal…
                  *

martes, 5 de marzo de 2013

SOÑE QUE MI PLUMA ERA.



Soñé que mi pluma era
un garañón sin domar.
¿Cómo gobernar la fiera
si apenas si sé montar?
Me sacaría hacia fuera
parte del alma inmortal,
si es que galopar supiera.

Galopé en su montura
sobre las flores y el mar.
Galopé en las praderas
y en la mansión del coral,
y sobre la espuma del viento
sin parar de galopar.
Con la pluma y pensamiento,
fui escuchando aquel cantar
brillante del sentimiento.

¿Quién me podría explicar
si lo sueños son el fruto
de "un cuento sin acabar"
que van con la pluma junto
buscando en la inmensidad
raíces del otro mundo?

Fui en sueños galopando
con los gritos del ayer
y terminé despertando
sin llegar, ni a comprender
¿Por qué mi pluma llorando
se refugió en el papel,
cuando lo que va buscando
es prender fuego a la miel
de mi corazón sangrando?

–Tal vez el fuego de un ayer
que ya se quedó tatuado
con  esfinge de mujer
en un corazón cansado.
                       *