lunes, 28 de febrero de 2011

IMPERFECCIONES AJENAS

Cuando te mires en mi espejo
contemplaras bien tu retrato.
Si me das algún consejo,
procura que sea barato,
ya que al mirar, mi reflejo
en los tuyos me delato.

¿Buscas la hastía codicia
que hay en mi corazón?
Pues veras que tu avaricia
no encuentra la solución
del presente que te asfixia,
¡Y no me des la razón!

¿Quieres ver de mi cultura
los defectos en la poesía?
y en cambio no ves la altura
que alcanza la fantasía.
Lo mío, siendo locura
convierte la noche en día.

No tires nunca una piedra
sin medir bien la distancia,
porque la amarga es hiedra
que confunden la ignorancia.
Tal vez sin querer tu hierra
al concederme fragancia
cuando hija de nuestra tierra
que siempre nos dio elegancia.

"¿Cuántas veremos la paja
en ojos del semejante
y en su mente le amortaja?"
Sin buscar lo de flagrante
que a su pecho le relaja
y, hasta me llamas tunante.

Yo no puedo comprender
del hombre ciertos eventos,
cuando alardea de saber
con su frágil pensamiento.
Yo sólo sé el componer
o al menos siempre lo intento.

Por lo cual quiero inventar
Con los sueños a una criatura
que llegue a tolerar
mi deficiente cultura.
¡Siempre que sea capaz
de exhibir cierta dulzura!
Creo que puedo aportar
lo que navega en la mente
y lo intento trasladar
a aquella sencilla gente
que se contenta al nadar
sobre espejo transparente.

No quiero herir con destellos
de los estridentes labios,
aquellos romances bellos
que sembraron hombres sabios.
Yo siempre, me apoyé en ellos,
porque me son necesarios.

viernes, 25 de febrero de 2011

PARADOJAS Y PENSAMIENTOS...


Gracias, por Tu bondad
al poner sobre mis brazos
el don de conformidad.
Gracias, Dios mío otra noche
que me colmas del maná,
para iluminarme el pecho
con la luz de tu fanal.
Traigo mis manos vacías
y llenas de falsedad.
Tal vez en el nuevo día
si llegara a despertar,
pueda encontrar la alegría
de poder encontrarme la paz.


Desde que un día descubrí
que en el Cielo habían flores.
Voy suplicando morir,
para estar con mi Dolores
en ese bello jardín


No hace falta fuerza alguna
para las cosas odiar.
¿Pero cuánta necesito,
para saber perdonar?


Cuándo me muera llevarme
a mi pueblo de La Unión
y con mi Lola enterrarme
en el mismo panteón.
¡Qué nadie Grite al llorarme!
Pero sí es una oración,
que no llegue a despertarme.


Si tus ojos fueran un río
yo me ahogaría en el.
Porque tus labios y los míos
se están muriendo de sed.

Me estoy muriendo de sed.
De sed, de hambre y de frío,
ya que no puedo beber
de tu hermosura, amor mío

miércoles, 23 de febrero de 2011

RECUERDOS EN LA DISTANCIA.

Yo no sé si es que dormía
o era simplemente un sueño
que en el delirio sentía;
o tal ves fue la distancia
que no pensé recordar
de tus labios, vida mía.

Y hoy se asoma entre las canas
de un imposible alcanzar,
a penas si unas migajas
de una desalada paz
que llegan a mi ventana
sin poderla ni alcanzar.

Tal vez que sea el silencio
que no puede detonar
la lágrimas de una sombra
que moran en la oscuridad
de las interminable horas
de un ayer sin despertar.

Pero el hoy es la venganza
de un mañana por llegar,
sin prisa de la esperaza
que se oculta en un égloga
y sin saber como expresar
anacronismo de esa soga.

Puede que sea un alarido
sin eco en la oscuridad,
ya que creo que se ha perdido
la flor de nuestro arrayán
entre sombras del olvido
que algún día despertarán

Pero en mi pecho ese sueño
muy bien sé, que si ha existido
y vivo sigue en el pecho,
sin separarlo el olvido
de aquello que Dios ha hecho
para mantenernos unidos.

LLAMO AL MÁS ALLA

Dios mío. sigo sin comprender,
¡No entiendo nada!
Que un niño para comer,
tenga que competir con los cerdos
en ignominias de muladares.
Buscando en los estercoleros
y las basuras putrefactas.

Qué pena tiene que ser
para Tu pecho, Dios mío,
ver los niños perecer.
Muertos de hambre y de frío.
¿Por qué el hombre del poder
anda en riquezas perdió?

Tengo hambre Señor.
Hambre de enamorarme
y de compartir el dolor.
Hambre de saber yo darme
a los demás con amor,
sin tener que preocuparme
donde se seca mi flor.

Cuando el hombre tenga sed
de compartir la dulzura,
la riqueza y el poder,
el dolor y la amargura.
Entonces el hombre será
coronado en las alturas.

No crecerán más basuras,
ni niños en los muladares.
No harán falta sepulturas,
ni de rodillas andar
mendigando las criaturas
duros mendrugos de pan.

Sobrarán los muladares
y las hambrientas sepulturas.
Todos seremos iguales,
lo mismo que en las alturas,
donde correrán zagales
haciendo sus travesuras.

viernes, 18 de febrero de 2011

SIEMPRE QUE MIRAS ATRÁS...

Sé que podrás encontrar

Las preguntas de aquel alma desolada
me sacaron sin saber de toda duda.
En su mentó se veía la mirada
de una vida de dolor, atropellada.

No recordaba su nombre.
Me dio pena, el pavor de esa criatura.
La verdad, es que me pareció un hombre
que en el fondo era infecto de locura.

Locura que era hija del dolor
saturada de espinas y amarguras
y esculpida en desamor
o destinada a ataúdes y sepulturas.

Me quedé entristecido y sin aliento,
cuando escuché de sus labios que decía,
palabras sin fundamento
y el entorno de su vida maldecía.

Iba más allá de la estirpe del Averno,
de las cloacas putrefactas del dolor
y, maldecía la semilla de lo Eterno,
a quien escupía sin vergüenza y sin pudor.

Fui mirando más allá de las estrellas,
retorciendo en el pecho el corazón.
El instinto me decía que todas ellas,
eran sierpes sin destello de razón.

Lloré en los brazos de aquél hombre
como nunca pensé poder hacer.
Recogí los esputos de aquél pobre
y en su pecho angustioso sepulté.

Aquel hombre me enseñó a comprender
que mi dolor, sólo era una quimera.
Ya que tuve la luz del Gran Poder
y una esposa que siempre me quisiera.

Desde entonces la estrella que negué,
la abracé como hermana y compañera
y en el alma con amor la llevaré
hasta el día, ¡Dios mío! que yo muera.
*

miércoles, 16 de febrero de 2011

QUÉ VERGÜENZA MADREMÍA...

Creí morir de vergüenza
cuando destapé aquel saco,
lleno de esputos y olor
que me produjo hasta asco.

Allí se hallaba la suma
de mis deshechos andrajos
y hoy quisiera con la pluma
arrancármelo de cuajo.

Lo primero que encontré
en putrefactos, pedazos,
fueron obras sin hacer
escondidas en otros brazos.

Después saqué los abrojos
de palabras penetrantes
que hacían daño en los ojos
de tantas hieles apestantes.

Detrás saqué varias rastras
de semillas deplorables
que sus apestadas sonrisas
llegaron a traspasarme,

porque nunca, yo pensé
que hubiera tanta basura
enredada en mi piel;
cuando comprobé las sierpes,
de dolor me arrodille.
Me arrodillé y lloré y lloré.

Lloré porque el propio aire
que a los pulmones llegaba,
sabía a herrumbre apestada
el oro, que yo creía tener.

Sólo halle unas zapatillas,
una aguja y un quinqué
y algunas sombras de brisa
que apenas si las mire,

a la suma de pertrechos
que en el tiempo acumulé.
Por eso aquella mañana
¡Cómo un lobo desperté!

Cuando escuché las campanas
que decían. Duérmete y ven
y no busque más en las ventanas
esa luz que, ya se fue.

martes, 8 de febrero de 2011

EL POETA ES UN DESHECHO.

El poeta es deshecho o un esclavo
y galeote sempiterno del amor.
Es un sordo que en su corazón clavó
y en su pecho encallecido alguna flor.

El poeta es como un preso condenado
al dolor, desde antes del día de nacer
que vive de las sombras del pasado,
sin saber cuando es amanecer.

Su dulzura se convierte en maldición
y se apoya en los pilares del papel.
Porque un día, sin saber cual la razón,
le inundó un panal de dulce miel.

Pero nunca llegaría hacer libre
y menos supo de los vientos el color,
de las flores tampoco, ni el almizcles,
ni probó de las dalias su sabor.

–Fui errante en campiñas y montañas,
en colinas de yeso rodeadas de terrazas.
Y en circunstancias aveces muy extrañas,
nunca me faltó el tesón y la esperanza.

El poeta, es incansable viajero
despreciado por los mismos de su raza.
Pero llega con su pluma y el tintero
a colmar de dulzor a cada casa.

Va y salpica con sus coplas las orgías.
Es sonrisas de las damas o labriegos,
ya que engendra con su pecho fantasías
de verdades que enciendes con sus fuegos.

El poeta es como un niño, vulnerable
y sostenido por los brazos del amor.
Es caudal y manantial de hado, afable
y él entierra entre canciones el dolor.

Se adentra en los mares y florales
o en las flores que nunca a de coger.
Porque el viento de sus yertos manantiales
no se hicieron en sus ojos para ver.

El poeta es el trino de una alondra,
capaz de proyestar el sonido de su voz,
más allá del sueño y de la sombra
donde nunca llegó, la luz del sol.

Es una especie de árbol sostenido
con la sabía del fruto del amor.
El que busca algún premio inmerecido
en la distancia enmohecida del dolor,

Los poetas son el fruto de un espejo
y los tale casi nada han merecido
a lo sumo, rebañar algún pellejo,
cuando en polvo sus huesos se ha perdido.

jueves, 3 de febrero de 2011

SUSPIROS DEL CORAZÓN.

¿Quién no tuvo un corazón
que se encogió con la herida
de inexplicable razón
que algún día fue su vida?

Busquemos en ese rincón
aquella sombra pérdida,
donde no existe expresión
que el amor, no sea la vida.

Es una flor que se busca
y a veces cuando se fue;
para no encontrarle nuca,
ni su hechizo, ni su miel.

¿Por qué se duda encontrar
cual si fuese diosa Parca,
que estará en cualquier lugar.
¿Usted sabe en que comarca?

No dejemos que se pierda
lo que sí es una ilusión,
mientras que esté ella despierta
sin buscar en otra mansión.

Ese amor de tal fragor
es muy posible, qué allá
puede ser como una flor
que, ya no puedan tocar

Por lo que nunca ese herida
que no se puede curar,
ya que la esfinge perdida
tal ves, no llegue a despertar.

De ahí, que cada jardinero
no pierda el tiempo en buscar,
lo que le llegó del Cielo,
de un amor, tan singular.

¡Y si lo tiene! guárdelo
como un tesoro o caudal
y si puede cuídelo
sin llegarle a marchitar
cual sépalo de una flor.

miércoles, 2 de febrero de 2011

EL PUDOR, NO ME DEJA COFESAR.

Siempre el pudor, no me deja confesar
las oscuras estepas en el pecho
que vagan cuales hojas con el viento
y van extendidas en la corriente
al antojo de algún río del olvido.
Por lo que sé no lo voy a deslumbrar.
La vergüenza no me deja destapar
tantas cosas que olvidé
y se han que dado atrás.

Esas pequeñas cosas
que se van acumulando,
como el polvo transparente
en un cristal abandonado.
Y que las sumas de los años
las han combito en pedernales
que luego se han sepultado.

Es algo, tatuado en la mente
La que no está dispuesta a confesar,
pero los rasgos de la pluma
no lo ven, tan natural.

Esas herrumbres, podridas
que hasta hacen vomitar.
Forman parte de una vida
y hasta creo que es normal,
convertirla en corbadía.
¿No creen que al sacristán,
o la mujer puritana,
al pintor y al capataz,
al albañil y a la zorra
y a todos en general,
no creen que les ocurre igual?

¿Nunca miró a su vecina,
ni tiró una piedra al mar?
¿No fue al baño una mañana
y se puso a vomitar
cuando se untará las manos
por no saberse limpiar?
¿No recuerda aquel verano,
o día de Navidad
que algo que se comía
no lo llegó a pagar?.

¡Ya sé! que son tonterías
de un demente sin pudor.
Pero ya puestos, diría.
¿Usted en ninguna ocasión
no mintió cuando sabía
que era una mala acción
las flaquezas de sus labios,
de su mente y corazón?

¿No dijo que era blanco
lo que tenía otro color?
Pero usted se lo reserva
mientras lo confieso yo.
Este mundo es una selva
sin medida, ni control
"que el que más habla
más yerra"
Por eso sello los labios
y me guardo lo peor.
¿Que, qué es...?
Es muy fácil de saberlo
si se mira en su interior.