lunes, 30 de marzo de 2009

A TODAS LAS MADRES...

AL DIA DE LA MADRE.

Dedicada a todas las madres
del Orbe.

Tres madres hay en mi vida
que despiertan mí clamor.
Una la Virgen del Carmen
que relumbra más que el sol.
Otra mi querida madre
que tanto por mi luchó.
La tercera mí Dolores
que me colmó con su amor.

No sé quién es la primera,
la tercera, ni la dos.
Lo que sé, es que sin ellas
no conocería a Dios.

No habría sentido en mi vida,
ni tampoco una la razón,
para que en la tierra siga
revolcándome en el dolor.
Oh: Dios mío, te lo ofrendo
con todo el más fiel amor.

Es el día de las Madres
y no hago nada por ellas;
tan sólo les llevo flores.
¡Es que son las tres tan bellas!
que en las flores no hay colores
que les semeje a ellas.
Les mando mil oraciones
mezcladas con las estrellas.

Si tuviera mil corazones
lo arrancaría sin pavor.
Si un día con mis pasiones
les causara algún dolor.

Todas las madres del mundo
son hijas del mismo Dios.
Todas ellas con las mías:
las llevo en mi corazón.

Por eso en mis menesteres
las recuerdo con amor.
Bendita seáis mujeres
que parierais con sudor
a los que tanto os quieren.

Una madre es la alegría
que lo da todo por nada.
Cuando recuerdo las mías
como una sola tatuada
dentro de mí, yo diría
que son la luz más preciada
que Dios me diera algún día
su bondad desmesurada.

bien sé que las dos están
con la Virgen en el cielo,
disfrutando de la paz
en la mansión de un lucero,
donde no cupe maldad,
ni la agonía o desconsuelo.
Porque allí en el más allá
todo es sonrisa y consuelo.

¡No abandones a tu madre
que es un acto criminal!.
Degustó de los baladres
para ser guía y fanal,
para que después, más tarde
tuvieras felicidad.

Sacrificó juventud
capricho y comodidad,
para que tuvieras tú
el colmo de alacridad.
Y su precio fue la cruz
que da la felicidad,
para que nunca una luz
te dejará de alumbrar.

¿Por qué le has abandonado,
es que está muy vieja ya?
Ha quemado su persona
por darte a ti lo mejor
y apenas si puede andar,
ya que se hizo mayor
sin nada a cambio esperar.
Y siempre ocultó el dolor
para no hacerte llorar.

Su estandarte es la quimera
que siempre quiso llevar
como cruzada y bandera
y en silencio llegará
más allá de frontera
del espacio sideral.

¡No abandones a tu madre
que es un acto criminal¡

lunes, 16 de marzo de 2009

NO SEAS COBARDE HERMANA...

Estoy esperando impaciente
la oscura sombra del cejo
adyacente con la muerte
que ha de romper el espejo
de la más furtiva fuente.

No sea cobarde, hermana
que aquí estoy como el caldero
que le han de cortar la lana,
para que el calor del cielo
sea refrigerio un mañana.

Déjame al meno un segundo
que tire los trapos viejos
manchados en este mundo,
aunque ya quedan muy lejos
con su disfraz infecundo.

Quiero marchar con limpieza
del alma y el corazón.
No impidas con tu presteza
a no tener la ocasión
de terminar donde empieza

la fuente de la esperanza
que todo mortal espera.
No te veo ¡cómo una fiera!
Pero sí con la añoranza
del que nuca te quisiera.

Déjame ser valuarte
de un sueño sin despertar,
que siempre fue el estandarte
de un hombre que haz de enterrar
sin dar motivos a enfadarte.

lunes, 9 de marzo de 2009

PUSE MI AFÁN EN BUSCAR

Puse mi afán en buscar
una cruz que no pesara,
para poderla llevar
con la sonrisa en la cara.

Probé de muchos tamaños
que en mi busca pude hallar;
las que no me hacían daño,
no me dejaban ni andar.

Rogué al Cielo de su ayuda
para cambiar mi cruz,
y de su respuesta muda
creo que encontré la luz.

Dios me llevó a un almacén
donde había miles de cruces
y me dijo –Pruébate
aquella que más te guste!

Como un niño de dos años
empecé a jugara con ellas.
Vi una que su tamaño
me pareció la más bella,

reducida y manejable
y apropiada a mi ambición.
Su peso, ¡insoportable!
se clavó en mi corazón.

La cogí de otro estante,
pensé que sería ligera
a pesar de que era grande,
¡qué preciosa su madera!

No me había equivocado,
fue tal cual lo imaginé.
Pero quedé desolado
al enredarse en mis pies.

Probé de miles de ellas
y al principio me gustaban,
y en cambio muchas de ellas
en mi espalda no encajaban.

Al final de una jornada
hallé un prodigio de cruz;
¡sencilla y acomodada
como en la noche la luz!

Contento como un infante
a mi casa me marché,
y oí que decía alguien:
–Ya veo que la encontraste.

¡Sí! Satisfecho contesté:
–Encontré la que buscaba
y nadie podrá entender
cómo la necesitaba...

–Hijo mío, está muy ciego,
no quisiera importunarte,
¿no ha visto que con tu juego
cogiste la que dejaste?

La cruz que mando a los hombres,
siempre es la más coherente,
tanto al rico como a pobres,
aunque un poco diferente.

De ahí que sea esa cruz
la que más dé tu medida;
la cual será como luz
para el resto de tu vida.

No veas en cruces ajenas
lo que en realidad no son;
todos arrastran sus penas
con dolor de corazón.

Si alguna vez que blanquea,
no pienses que es su color,
son cifrases y panacea
que el hombre le da al dolor,
para que nadie los vea
que las llevan sin amor.

jueves, 5 de marzo de 2009

LA VERDAD DE UN SUEÑO

introducción del autor
¿Sabe usted cuál sería mi mayor deseo? Hacer llegar a los lectores de la presente narración la más humilde súplica, para que en ningún momento vean en esta obra de entretenimiento, y a su vez matizada con la veracidad de los sueños de un loco-cuerdo, los que cree haber podido derramar del corazón, como llamaradas de fuego inextinguible, lo que no dejará de ser un sustancioso y prominente destello de amor; proceder que los hombres no debiéramos dejar de «sembrar» en nuestro entorno. Tal vez alguien pueda considerar en lo que sigue algo que no he pretendido manifestar, en ningún momento, lo que no ha llegado a pasar por mi mente, ni por asombro, que me pudiera considerar un ser inspirado por «la bondad del cielo».¡Claro que ésta no es una revelación del Altísimo! Si no que se trata de un supuesto sueño; lo demás, anda muy lejos de la realidad, no por nada que tuviera que avergonzarme de mis creencias al confesarlo, cuando digo lo que pienso, sino por todo lo contrario. Por lo que diré que estoy seguro de no ser merecedor de tal favor del Altísimo. Sólo he pretendido llevar a mis semejantes un sueño que, en una inmensa mayoría de los humanos, ha llegado a formar parte de no pocas interrogantes, a lo largo de sus existencias. Preguntas difíciles de contestar, por hallarse lejos de la mente, que podríamos llamar normal. Desconocimiento que quizás pueda formar parte de lo que no dejaría de ser una realidad. Me atrevería a afirmar que en algún lugar desconocido de nuestro Orbe, «puede que existan documentos perdidos» que sin duda alguna podrían dar un fiable testimonio y luz de los que fueran los primeros pasos que empezaría dando Jesucristo en la tierra, hasta llegar a los doce años de su vida pública como hombre.
Creo que nadie se atrevería a negar que el comportamiento como niño de Jesús de Nazaret no dejaría de ser como tal; correría en medio de grupos de muchachos alrededor de una hoguera; debió de tener los lógicos entretenimientos y apetencias propias de otros críos. Por ejemplo, hacer castillos de arena en las márgenes del Jordán, jugar a la gallinita ciega, correría tras un perro que fuera siguiendo el rastro de una liebre, se escondería en algún lugar de su propia vivienda, por temor a la reprimenda que le pudieran hacer sus padres, por cualquier travesura que Él llegara a suponer que su actuación no fuera de recibo: ¿a saber en qué momento consideró Él, que fuese algo impropio ante sus mayores? Por qué no decir lo mal que pudiera aceptar el insulto que le hiciera algún muchacho, lo que en otro chico no dejaría de ser motivo que pudiera haber terminado en alguna camorra con sus correspondientes bofetadas, en las que tal vez llevara Él la peor parte, en cambio en Jesús se puede asegurar que es casi imposible aceptar, ni por supuesta fantasía, tal desenvolvimiento. Porque sumergido en el hombre, nunca dejó de estar el Espíritu de Dios Padre.En el vientre de dichas suposiciones se ha engendrado mi atrevido sueño. Por supuesto que sin tratar en ningún momento de negar que en Jesús se daban los más venerados carisma, que en lo sucesivo serían escudos de toda la cristiandad, ya que de Él heredamos el testimonio de Dios vivo y de Dios Hombre.Como tampoco voy a ocultar que durante el transcurso de esta narración, en la mayor parte de la misma, he llegado a tener las más agradables sensaciones, ya que comprobé que mi quimera se convertía en una realidad sin precedentes. Por lo que en más de un momento, me he visto en la necesidad de abandonar la pluma, antes de finalizar la misma. En mi mente hurgaba esta pregunta:—¿Estás dormido o despierto, crees que lo estás haciendo bien? A pesar de no encontrar la respuesta más coherente, he seguido adelante sin temor a las contrariedades que pudiera hallar en el camino, sin duda alguna… No les quepa la menor duda que he disfrutado con mis supuestos ensueños, como un verdadero infante con su más preciado juguete, aquel que desea y no tendrá nunca. Acontecimientos que me han dado la oportunidad de compartir infinidad de juegos con nuestro amigo Jesús.Con las siguientes líneas he querido llevar a mis congéneres ese sueño que duerme en el interior de todas las personas que creen en Dios Padre, en Dios Hijo y en Dios Espíritu Santo; una lectura de entretenimiento, con el añadido del más fuerte grito de amor y de denuncia de aquello que no soy capaz de poder entender. Aunque en no pocas ocasiones, dichos alaridos se llegaron a convertir en angustia y casi agonía. Angustia, por la impotencia ante insospechadas aberraciones que se han sumergido en esta obra, sin pedir permiso a nadie, las que no puedo llegar a concebir, al no ser, al esforzar la mente y comprender que el hombre es el único animal, en toda la faz de la tierra, que mata sin tener hambre o por mera satisfacción, enredada en la venganza…¡Agonía! Porque en cada disparatada muerte, cometida por tantos asesinos, para vergüenza de una gran mayoría de la humanidad, son de nuestra estirpe. Verdugos que llevan a cabo tales cruentas acciones, ya sean masivas o individuales. Dentro de la piel de cada una de esas víctimas, allí nos encontramos los que pensamos de diferente modo a los malvados, derramando por las heridas de las mismas nuestra propia sangre, enredada con las de ellos. Les ruego que me permitan lanzar un S.O.S. de súplica a los que mantienen los peores sentimientos en sus pechos y que usan las navajas o las pistolas. A ésos les suplico en nombre de toda la humanidad, sean de las creencias que sean, que antes de llevar a cabo sus macabras acciones, miren al cielo y cuenten, si otra cosa no saben hacer, hasta diez…Como a cualquiera, me gustaría que con mis dislocados juegos se llegara a salvar aunque tan sólo fuese una criatura de tales suplicios, que se librase de los malos tratos y que estas líneas fuesen el eslabón que le concediera salvar su vida. Sería un signo de buena voluntad en ese supuesto agresor. Y la más grandiosa satisfacción, para el autor de esta obra de entretenimiento. Por no decir de la más enérgica denuncia a toda la desdichada humanidad que piensa que el mundo se ha de arreglar matando a sus semejantes. Por no saber aprovechar las potentes armas de las que el hombre dispone, ¡EL AMOR! con mayúsculas. A lo expuesto y lo sucesivo, usted, lector, le puede añadir lo que sin duda duerme dentro de su pecho. Porque estoy seguro que no dejará de ser para mí el mayor exponente y sustantivo de lo que yo me haya dejado sin anotar o dormido en algún otro sueño desconocido hasta este momento.
Esta obra es de 109 páginas y su precio de 8 Euros más gastos de envío (No lo duden que esta obra es para todas las edadez)

miércoles, 4 de marzo de 2009

INFOMACIÓN INTELECTUAL.

Ruego a los lectores que se dignen entrar en mi blogs. Que se asomen al blogs de escritores organizados. Estoy más que convencido de que en cuya página no sólo encontrarán amplios entretenimientos de la más ardua cultura. Susodicha pagina es la siguiente: http://www.escritores.org

Les ruego que la miren, nada pueden perder y sí ganar mucho en su información.

Un afectuoso saludo de Rogelio iGarcía Galindo...